En la actualidad, la transición energética ha cobrado una relevancia significativa debido a la crisis climática que enfrenta el planeta. Según estudios de la Organización de las Naciones Unidas, es urgente limitar el incremento de la temperatura global a no más de 1,5 °C para evitar impactos climáticos críticos.
Colombia, uniéndose a esta tendencia, ya empezó su proceso de transición y está promoviendo la generación de electricidad y de gas natural como fuentes más amigables con el ambiente.
La transición energética es un proceso que tiene como objetivo disminuir las emisiones de carbono y optar por un sistema energético basado en fuentes renovables. Es decir, es un cambio de cómo se produce energía para alcanzar una mayor sostenibilidad. Esta permuta considera el reemplazo de combustibles como el carbón y el petróleo (fósiles) por fuentes renovables (energía solar, eólica, hidráulica, biomasa o geotermia).
En la Conferencia sobre Cambio Climático, celebrada en 2015, 196 países firmaron el Acuerdo de París para abordar el cambio climático y sus efectos en el planeta y la sociedad. Dos son sus principales objetivos:
Este límite en el aumento de la temperatura global se pretende lograr con la eliminación de millones de toneladas de gases de efecto invernadero que se emiten diariamente a través de la descarbonización del sector energético.
No obstante, los cambios energéticos se han presentado a lo largo de la historia. Ya en el siglo XIX se dio el paso de la madera al carbón y en el siglo XX del carbón al petróleo. Lo nuevo en el XXI es la necesidad de proteger al planeta de la peor amenaza que ha experimentado la humanidad hasta el momento: el cambio climático.
Lamentablemente, los impactos del cambio climático ya son perceptibles en todo el mundo:
Según el Análisis de Riesgo por Cambio Climático en Colombia, el 100% de los municipios colombianos tienen algún grado de riesgo por cambio climático, mientras que para el 2040 el 59% del territorio nacional tendrá riesgo entre medio a muy alto.
El objetivo general de este proceso es transformar el sistema energético contemporáneo, basado en combustibles fósiles, a un modelo eléctrico, cimentado en energías renovables. De manera particular, la transición energética persigue los siguientes objetivos:
Según datos del Consejo Empresarial Colombiano para el Desarrollo Sostenible, Colombia es responsable únicamente del 0,60% de las emisiones de gases invernadero a nivel mundial. Sin embargo, aunque las emisiones son bajas comparándolas con otras naciones, el país es uno de los más vulnerables a los efectos de este fenómeno, principalmente por la deforestación.
En este sentido, el Gobierno pretende disminuir las emisiones de GEI en un 51% para el año 2030, una cifra equivalente a 11,2 millones de toneladas de dióxido de carbono. Para el 2050 se quiere alcanzar el carbono neutro. El sector del transporte también se ha priorizado a nivel nacional con el objeto de optimizar las operaciones logísticas y de movilidad, así como el desarrollo del transporte eléctrico.
En 2019, Colombia dio un salto histórico al incorporar energías renovables de fuentes no convencionales, como la eólica y la solar. De la capacidad instalada de 28,2 MW en 2018, se aumentó a 725,38 MW para 2022, y se espera sobrepasar los 2820 MW.
Con esta capacidad instalada, el país pasará de generar menos del 1% de energía limpia a producir más de un 12% en 2023, lo que podría significar una disminución de hasta nueve millones de toneladas de CO2 en 2030. Así, Colombia diversifica su generación energética para enfrentar con resiliencia la variabilidad climática y mitigar el impacto del cambio climático.
Siguiendo el mismo curso, dentro de la política energética colombiana se resaltan las siguientes acciones:
Ya se empezó a recorrer el camino y, según los expertos, Colombia podrá abordar los retos del cambio climático y el crecimiento económico si se enfoca en tres prioridades:
Además, dentro de este proceso hay que buscar una transición energética justa e igualitaria, que ofrezca algún tipo de beneficio a todas las personas y empresas.
Algunos países llevan más camino andado, por lo que es posible encontrar ejemplos de transición energética:
La transición energética también ofrece oportunidades para un futuro más sostenible y próspero en diversos aspectos:
Si bien Colombia posee un gran potencial para la transición energética, es importante remarcar el balance que debe existir entre la generación eléctrica, su conducción y otras operaciones. Los cambios no son inmediatos, y desprenderse de las fuentes de energía actuales no se da de un día para el otro. Por este motivo, es fundamental desarrollar un sector sólido de estas energías renovables, las cuales son más seguras, eficientes, baratas y con mucho menos impacto ambiental que los combustibles fósiles. Conozca más acerca de este tema con Industronic y sea parte de la transformación.